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domingo, 20 de mayo de 2012

LA TRILOGÍA DE ROMA

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Africanus. El hijo del consulLas legiones malditasLa traición de Roma
A finales del siglo III a. C., Roma se encontraba al borde de la destrucción total, a punto de ser aniquilada por los ejércitos cartagineses al mando de uno de los mejores estrategas militares de todos los tiempos: Aníbal. Su alianza con Filipo V de Macedonia, que pretendía la aniquilación de Roma como Estado y el repartodel mundo conocido entre las potencias de Cartago y Macedonia, constituía una fuerza imparable que, de haber conseguido sus objetivos, habría determinado para siempre el devenir de Occidente. Pero el azar y la fortuna intervinieron para que las cosas fueran de otro modo. Pocos años antes del estallido del más cruento conflicto bélico que se hubiera vivido en Roma, nació un niño que estaba destinado a cambiar el curso de la historia: Publio Cornelio Escipión. 
Publio Cornelio Escipión, conocido por el apodo de Africanus, era considerado por muchos el heredero de las cualidades militares atribuidas a su padre y a su tío. Pero de ellos no sólo había recibido estos magníficos atributos, sino también algunos enemigos, entre otros Asdrúbal, el hermano de Aníbal, y el general púnico Giscón, quienes harían lo posible por acabar con su enemigo y masacrar sus ejércitos. Los enemigos también acechaban en Roma, donde el senador Quinto Fabio Máximo, en una jugada maestra, obliga a Escipión a aceptar la demencial tarea de liderar las legiones V y VI que permanecían desde hacía tiempo olvidadas en Sicilia. Así, según creía el senador, lograría deshacerse del último de los Escipiones. Pero otro era el destino de las legiones malditas que, de la mano de Africanus, lograrían cambiar un capítulo de la historia. 
"He sido el hombre más poderoso del mundo, pero también el más traicionado". Así comienza Publio Cornelio Escisión sus memorias en "La traición de Roma", donde Santiago Posteguillo nos narra el épico final de la vida de dos de los personajes más legendarios de la historia, Escisión y Aníbal. Los eternos enemigos se encuentran una vez más en la batalla de Magnesia, un episodio casi desconocido de la historia de occidente. Pero además de batallas, el autor nos cuenta lo que ha sido de los hijos de Escisión; de sus enemigos, Marco Porcio Catón y de su aliado Graco; de la esclava Netikerty; de la prostituta Areté; de su fiel aliado Ledio; de Antíoco III, el rey de Siria; del ya anciano dramaturgo Plauto, que se pasea por las calles de Roma, y también de la mujer de Escisión, Emilia Tercia, digna hasta el final en medio de la mayor de las hecatombes públicas y privadas. 

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